Novela a cuatro manos y cine sin proporción: Los que aman, odian
Los que aman, odian, Alejandro Maci, Patagonik/INCAA, 2017, 101 min.
Publicada en 1946 dentro de la colección “El séptimo círculo” de Editorial Sudamericana, Los que aman, odian es una especie de ejercicio co-creativo en el que Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo desarrollan una historia, ambientada en Ostende, Argentina, basada en algunos lugares comunes y premisas fijas de la narrativa de detectives clásica: el crimen de cuarto cerrado, el empleo de venenos, el detective ocasional, la víctima femenina, la deficiencia del cuerpo policial, la mansión alejada de la ciudad con huéspedes urbanos y el desenlace satisfactorio, entre otras convenciones genéricas ineludibles. Una novela de misterio con personajes de una oligarquía latinoamericana refinada hasta la caricatura (médicos, terratenientes, jóvenes de familias adineradas) que continúa la fórmula de los autores pertenecientes al London Detection Club, como G. K. Chesterton, Agatha Christie y Dorothy Sayers, quienes escribieron más de una decena de novelas conjuntas bajo el esquema de participación colectiva capitular, entre las que sobresale El almirante flotante (1931). Algo así es Los que aman, odian, pero en escala menor a la de las obras grupales del Detection Club, y sin el evidente régimen paródico de los cuentos de Borges y Bioy Casares escritos bajo el seudónimo de Honorio Bustos Domecq. Por todo esto, podría pensarse que el interés del libro de la pareja Ocampo-Bioy Casares, en la actualidad, radica más en su condición documental de experimento literario que en sus virtudes como novela, dado su estilo inconsistente y su tendencia a forzar situaciones y arcos narrativos en favor de resolver un misterio claramente previsible; es decir, por generar enigmas donde apenas se comprende la necesidad de investigarlos.