Uno de los temas fundamentales en la literatura universal es la paternidad, en todos los géneros y en todas las latitudes están presentes los padres, ejemplares o perversos. Por ejemplo, los padres disidentes son personajes recurrentes, sin ir más lejos en Shakespeare o en Kafka los encontramos fácilmente. Además, las relaciones padre-hijo han sido representadas en la obra de Paul Auster, Richard Ford, Philip Roth, Michel Houellebecq o Karl Ove Knausgård. En Hispanoamérica aparecen figuras paternas complejas en Los años falsos de Josefina Vicens, Pedro Páramo de Juan Rulfo, La distancia que nos separa de Renato Cisneros o Tiempo de vida de Marcos Giralt Torrente, por mencionar sólo algunos ejemplos. Con esto es posible afirmar que la figura del padre, ausente o terrible, no es un tema extraño en la literatura.
En cuanto a la figura de la madre, la situación es muy distinta, en especial en las letras hispanoamericanas. La mayoría de los personajes que son madres suelen ser mujeres buenas y protectoras que darían todo por sus hijos. Si bien no son pocas las obras en las que aparecen madres aterradoras, quizás uno de los casos más emblemáticos sea La casa de Bernarda Alba de García Lorca, sí es extraño encontrar una obra en la que estas madres no sean juzgadas. Si una madre no es abnegada y sacrificada, merece ser señalada. Las madres disidentes, rebeldes, autoritarias o incluso crueles son personajes controversiales que dentro de la propia obra literaria son merecedoras de un castigo.
En la tradición literaria hispanoamericana se hablaba poco de la maternidad y si se tocaba el tema era para idealizarlo. Esto ha cambiado en los últimos años, pues comenzaron a publicarse obras literarias cuyas autoras (cabe decir que ningún hombre se ha interesado en abordar este tema) cuestionan los roles de género, la idea romántica de la maternidad y el embarazo, así como las relaciones entre madre e hija. La disidencia se presenta cuando las mujeres no viven la maternidad como la sociedad lo desea, como lo indica un estereotipo de género. ¿Qué se espera de una madre? En la narrativa hispanoamericana contemporánea la respuesta no es única. A continuación, se señalarán algunos de las obras, publicadas en América Latina y en España, en las que aparecen madres disidentes. 1
En Argentina podemos encontrar las siguientes novelas: Los amores de Laurita (1984) de Ana María Shua; El Dock (1993) de Matilde Sánchez; Elena sabe (2007) y Una suerte pequeña (2015) de Claudia Piñeiro; Pendiente (2003) de Mariana Dimópulos; La débil mental (2004) de Ariana Harwicz; Partida de nacimiento (2011) de Virginia Cosin; el poema Madre soltera (2014) de Marina Yuszczuk; Distancia de rescate (2014) de Samantha Schweblin y el ensayo Historia de mi madre (2004) de Angélica Gorodischer. En España Quién quiere ser madre (2017) de Silvia Nanclares; Piel de lobo (2016) de Lara Moreno; El cielo oblicuo (2015) de Belén G. Abia; Un milagro en equilibrio (2004) de Lucía Etxebarría y Madres e hijas, en donde catorce autoras escriben sobre la relación que tuvieron con su progenitora. En México tenemos las novelas Una no habla de esto (2008) de Sylvia Aguilar Zéleny; Casas Vacías (2017) de Brenda Navarro; La giganta (2015) de Patricia Laurent Kullick; el libro de relatos Todo sobre su madre (2007) que reúne anécdotas y relaciones de escritores con sus madres, y el célebre poema que Rosario Castellanos dedica a su hijo, “Se habla de Gabriel”, compuesto en un tono totalmente disidente, pues confronta el ideal de la “dulce espera”. En Perú Gabriela Wiener (Lima, 1975) reflexiona sobre la maternidad y el embarazo en Nueve lunas, publicado por Random House Barcelona en 2010. Es una especie de anti manual del embarazo en el que señala las dificultades que supone vivir un embarazo desempleada y como migrante, es decir, sin las condiciones familiares, afectivas y sanitarias ideales. Analiza paso a paso el crecimiento de su bebé dentro de ella, los cambios en términos corporales y la adaptación con su propio hijo. En este texto, la autora reflexiona sobre la necesidad de ser madre tras enterarse de un embarazo inesperado, aunque deseado, y cuestiona las dificultades a las que se enfrenta una mujer en ese proceso. Es decir, no idealiza el embarazo, por el contrario, señala los peligros, las dudas, la violencia obstétrica y los cambios que se generan en el cuerpo y la mente de las mujeres que deciden tener un hijo.
Quiero detenerme en un último ejemplo, probablemente el texto más polémico que se ha escrito sobre la maternidad en América Latina. Se trata de Contra los hijos, de la escritora chilena Lina Meruane (Santiago, 1970). En este ensayo, Meruane escribe sobre la imposición de ser madres que enfrentan las mujeres del siglo XXI y cuestiona si el deseo de tener hijos es realmente propio o es una construcción social.