Armando González Torres. Salvar al Buitre. México: Cuadrivio, 2015, 68 p.
Armando González Torres. Salvar al Buitre. México: Cuadrivio, 2015, 68 p.
«El fotógrafo que no hace nada por aliviar el hambre del niño famélico, moribundo, al que ronda un buitre, incurre en la codicia estética y en la negligencia criminal, pues en busca de una imagen sublime, olvida el sufrimiento del prójimo». Con esta frase, Armando González Torres da inicio a su libro Salvar al buitre para remitir a la emblemática fotografía que ganó el Pullitzer en 1994, donde se observa al ave acechando a un niño. El premio que recibió esta foto detonó fuertes críticas contra su autor, el sudafricano Kevin Carter. En especial, fue señalado por no salvar al niño y en vez de ello lograr el mejor encuadre; sin embargo, la imagen fue capturada en un campamento de refugiados, el personaje estaba defecando, no muriendo. El cúmulo de críticas llevó al ganador del premio a cometer suicidio en ese mismo año.
Además de retomar este suceso histórico, González Torres lo utiliza como un disparador de ideas conjugadas en prosas breves, sobre todo aforismos, lo que le permite, por medio de palabras, dejar en alto el papel que juega la imagen por sí misma, pues «el fotógrafo no pretendía salvar al niño, sino salvar la imagen del buitre sobrevolando la humanidad caída». El título del libro que parecería defender la salvación del ave de rapiña es un indicativo de la ubicación abismada que sufre la humanidad.
El género del aforismo proviene de una tradición milenaria que reúne prosa, tintes de poesía y recursos ensayísticos para dar sentencias y concentrarse en un punto; es decir, una imagen. Gracias a este método de construcción, González Torres explota ideas en torno a esa fotografía polémica de hace más de veinte años. Sus temas, por tanto, abordan la infancia, el recuerdo, el olvido, la tristeza en un barrio y el papel que juega un autor: en este caso no es un fotógrafo, sino el escritor que concibe la literatura y condiciona el papel de los libros. La imagen fotográfica cede la estafeta a la literaria.
La fotografía famosa y central de la que parte el libro, así como los sucesos acontecidos en torno a ésta, generan un ambiente desolador dentro de las páginas. Además, con la crítica puntual que caracteriza al género del aforismo y al autor González Torres, el paisaje retratado en 1994 cobra vida en la actualidad y en cualquier espacio, porque ya no sólo se trata de una foto y el suicido de su autor, sino también de recuerdos que se van olvidando en cualquier parte; de ahí la añoranza por la niñez.
La literatura y el personaje autor son dos asuntos entrelazados en cada aforismo: demuestran una poética sobre el poder del lenguaje que tienen los niños y pierden los adultos escritores: «La literatura es un amuleto con el que se ratifica el pacto de credulidad y solidaridad con el niño que nos habita». A su vez, el libro como tema también se apropia de la escena, donde una voz casi ensayística sentencia el poder de este objeto, porque «Un buen libro no expresa lo que el lector piensa, sino lo que no se atreve a pensar».
Así, los aforismos que conforman este volumen no buscan tratar el arte de la fotografía, no obstante ésta permite que las palabras construyan imágenes para hablar de otro oficio como es el de la literatura; a través de ella el emblema del niño es visto de manera positiva, a éste hemos de apreciar por su relación de sencillez con el lenguaje.
Salvar al buitre de Armando González Torres fue editado por Cuadrivio en el año 2014; al agotar ejemplares, se edita por segunda vez en este 2015.
Realizó la licenciatura en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana, la maestría en Letras Mexicanas por la UNAM, desarrolló estancias de investigación en la…
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