Andrés Neuman. Barbarismos. Madrid: Páginas de Espuma, 2014, 130 p.
En el año 2006 Andrés Neuman comenzó a publicar un glosario en el suplemento cultural del periódico ABC, que desde el inicio fue muy bien recibido por los lectores. En Barbarismos, su más reciente libro, el autor rescata, amplía y revisa aquellas primeras entregas para dar forma a un “diccionario canalla”, como a él le gusta llamarlo.
Sus cerca de un millar de palabras renuevan la tradición del diccionario heterodoxo, explorada por Ambrose Bierce en el Diccionario del diablo o por Gustave Flaubert en el Diccionario de lugares comunes, por mencionar sólo un par de ejemplos. Neuman lleva a cabo esta renovación a partir de una interesante mezcla entre homenaje y sátira de un género tan aparentemente neutro y preciso como lo es el diccionario. En este sentido, el autor ha explicado que: “el desafío y la diversión de este libro estaba en mantener la estructura y la sintaxis de un diccionario clásico, redactarlo como si fuera uno, pero admitir que hacer ese tipo de trabajo, nada menos que elegir las palabras y tratar de definirlas, es un ejercicio de una suciedad y un riesgo tremendos. Este diccionario celebra no poder ser neutral.”1
El libro surgió como respuesta a la institucionalización del lenguaje, como un ejercicio para revelar los eufemismos, tautologías y manipulaciones que a veces lo vacían de sentido. Contra esto, Neuman buscó hacer una reinterpretación poco convencional de la norma lingüística y contradecir, a través de nuevas definiciones, ciertos usos limitantes o simplistas que se les han dado a las palabras. Como él mismo ha apuntado, su objetivo fue: “desautomatizar ciertos hábitos de ocultación de los significados, desvestir los eufemismos, delatar ciertas correcciones políticas que humillan el sentido de las palabras. Hoy el ciudadano es humillado lingüísticamente de forma permanente […] Y en el fondo de este libro hay un deseo de desobedecer esa norma del disimulo respecto de la violencia de ciertos significados y de hacerlo con sentido del humor, no de un modo panfletario ni recurriendo al chiste, sino a través del humor como modo de protesta.2